Al menos en lo que a mí respecta me parece impresionante ver cómo una hoja blanca -o amarillenta- de papel junto con un lápiz o una pluma pueden dar sentido a una tarde grisácea. Gris tanto por fuera como por dentro, en una bucólica de la subjetividad. Ya sea por unas, ya sea por otras, pero la actividad de escribir genera, o debe generar -porque así parece de acuerdo a sus efectos-, una sustancia que libera al espíritu no de sus ataduras sino de sus más íntimas pendejadas.
La intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de sus lectores.
sábado, 26 de abril de 2008
Bucólica de la subjetividad
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6 comentarios:
jajaja... muy buen texto amigo. ¿Cuándo qro.?
Hace mucho no pasaba por tu blog... Saludos!
Creo que no hay nada mejor mejor que una pelicula para una tarde gris, no inventes ja
Estoy absolutamente de acuerdo contigo pimpollo. Sobre todo por lo de las pendejadas.
Es que con el lenguaje hacemos nuestra subjetividad, es al hablar, al escribir que vamos articulando lo que todavía no tiene forma, antes de la palabra no hay nada.
Me gustó tu blog.
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