La intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de sus lectores.

domingo, 24 de febrero de 2008

Me compré

una loción Lacoste, pensando que participaría de la felicidad, frescura y ligereza del güey que sale en el comercial.
Pero fui defraudado.

Solamente conseguí un buen olor.

10 comentarios:

Darío Zetune dijo...

Chale, yo que venía todo entusiasta a ver qué habías comentado respecto a mi bonito comento, y ná, me topo con lo de la loción Lacoste...

Qué chafa!

El Justo Medio dijo...

Lo siento, Phoenix, pero recuerda que la intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de quien lo lea.

Darío Zetune dijo...

Ja!

Eso no parece, a juzgar por los comentos al Pardo. En fin...

Qué chafa!

Anónimo dijo...

Órale ojetes, agárrense, ya llegué!!!

Juan Manuel Escamilla dijo...

Eso te pasa por comprar Lacoste. Eso es de nuevo rico. Luego te enseño mi loción Channel...

patzarella dijo...

jajajaja

un ejemplo claro de lo que es ser víctima del marketing !!!

debe ser muy buen comercial..., o tu un poco..., mmm...

jaja, lo siento!! me reí muchísimo !!

Anónimo dijo...

bueno, siempre puedes hacer como decía el famoso anuncio del metro: 'si quieres una mujer como esta (vease aquí con imaginación una en bikini y con atractivas curvas) tome vitaminas x'. sutil. es mucho más creíble que lo del güey de lacoste.

K dijo...

Buena loción, aunque definitivamente no te pareces al sujeto del comercial.

Espero que no utilices el mismo criterio para otras compras: la publicidad es engañosa, fatal, sutil y hermosamente engañosa...

Emmanuel dijo...

Pero, ¿a poco no es padre entrar a una tienda cara sabiendo que se va a comprar algo caro? Una buena, infrecuente sensación.
Como cuando entré a Liverpool con los billetes para el iPod en el bolsillo.

(Terminé comprándolo en el centro, pero la visita al centro comercial en tanto que comprador y no sólo espectador lo vale.)

Unknown dijo...

Jajajajaja... que bueno que nos comentas tu experiencia, justamente, de igual manera, pretendía comprar la loción pensando en poder obtener esa ligera y frescura del tipo del personaje. Maldita publicidad engañosa