La intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de sus lectores.

jueves, 19 de junio de 2008

Mal gusto

Es muy sencillo deshacernos del tabardillo transformándolo en ira.
Aunque eso no nos garantice plena inserción en la sociedad. Eso no importa.


El inconveniente es que es de mal gusto.

9 comentarios:

Chiclocentro dijo...

gracias por encontrar el chiclocentro.
me pregunto cuántas chupadas diste para encontrarlo?
o quizás mordiste la paleta?

saludos

Ambrosio Cajinas dijo...

Joder, a todos los amigos del escamilla les ha dado por usar esa palabra, "tabardillo", con un sentido ininteligible. Que alguien me explica qué significado le inventaron a esa palabra.

Gustavo Echevarría Navarro dijo...

Conozco el origen de la palabra.

Ciertamente es utilizada por Juan, pero el crédito debe ser para todos los que alguna vez quisieron fundar el ERASMVS INSTITUT FÜR PHILOSOPHIEFORSCHUNG (¿alguna vez se concretó aquello?).

Independientemente de eso, el tabardillo es de cuidado, mató a Carlitos, el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Rey de España, Nápoles, Sicilia, Duque de Milán, Duque titular de Borgoña, Soberano de los Países Bajos, Archiduque de Austria.

Checo dijo...

No entiendo, pensé que Cheve iba a salvarme pero me hundio mas en mi ignorancia

joseph dijo...

No, cheve está mal, lo inventaron los jesuitas de la vieja guardia, los de antaño, los que lo padecieron.

Phi.Lord Chandos dijo...

Tabardillo significa, según la Real Academia Española, insolación. Pero históricamente la palabra tiene tambien otro significado: melancolía (el tabardillo se distingue de la meláncolía corriente porque no sólo tiene un referente psíquico -como ésta-, sino también uno físico; es decir, duele el cuerpo -la cabeza y los ojos, sobre todo).

En el acta de defunción de Felipe II se afirma que el taciturno rey murió, entre otras cosas, debido al "ojo gacho y tabardillo profundo". De ahí surge la peculiar forma de usar el término.

Es de suponer que como la insolación te deja aplatanado física y psíquicamente, se la terminó identificando con una peculiar melancolía que afectaba hasta el cuerpo.

Durero sabía algo esto. Consideraba que existían 3 melancolías (secundum Panofsky). De ahí que haya titulado a su más famoso grabado "Melencolia I", pues era la peculiar melancolía que a él lo asaltaba (la de los artistas). Esto lo leyó porbablemente en Ficino, el teórico por exelencia de este tema en el Renacimiento. Por lo menos ésta es una de las teorías más aceptadas (secundum Panofsky).

Y sí: la Compañía, por lo menos la de la vieja escuela, heredó el sentido del término en la formación de sus curicas. Bloy llamó descaradamente (o bloyinianamente) a este tabardillo de los Reverendos Padres: "depresión jesuítica".

Salud!

Darío Zetune dijo...

ya me ilustré!!

Juan Manuel Escamilla dijo...

¡Hemos hecho de la melancolía toda una epistéme!
¿Y qué hay de la melancolía de conocer tan al dedillo y especular sobre y desde la melancolía?

El Justo Medio dijo...

¿Te refieres, acaso, a una 'metamelancolía, Garcín?
Bienvenido en tu regreso por estos lares.