La intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de sus lectores.

jueves, 10 de abril de 2008

No una vez

Me parece que leer el periódico es una buena cosa. Está bien. Hasta cierto punto, representa que uno ha llegado a un grado o momento de la vida en el que la paz espiritual, al modo de la fuerza, nos acompaña. Desayunar a las ocho de la mañana, beber una taza de café y leer el periódico. Así, en infinitivos, como si se hicieran todas estas cosas sin importar, sin estar determinados: desayunar, beber, leer. Así, con las erres al final, líquidas, como el café que se bebe.

Sin embargo, he de aceptar que leer el periódico puede ser también signo de modernidad industrial, signo de capitalismo financiero que busca números, que busca estar al día, que busca estar por cualquier medio, enterado de lo que sucede en el mundo.

Alguna vez oí, creo que en el programa de León Krauze, de un club hiperexclusivo para empresarios en algún piso de la Torre Mayor, en Reforma. Se trataba de un lugar al que solamente podían ingresar los dandys, herederos de fortunas millonarias, que usaban camisas con cuello de dieciocho centímetros de alto, mujeres con lentes de pasta Prada, contratistas de choferes. Y así, con todos los lujos 'habidos y por haber'. Sobre todo porque los 'por haber', ellos son quienes los inventan. Pero no me quiero desviar del tema criticando la feliz burguesía que me provoca ira y envidia. Lo que quiero mencionar es que en el bar de ese club, en las salas de masajes, en los vestidores, en todos lados, arriba, abajo, en el techo, había televisores transmitiendo CNN, de manera que los que iban al pintoresquito club a relajarse pudieran estar enterados en todo momento de lo que pasa en el mundo.

No es que me quiera preguntar si eso es, en verdad, relajarse. Eso sería imbécil. Lo que quiero hacer notar es, a mi juicio, algo más sutil: que estar enterado o mirar las noticias o ver el periódico o escuchar los noticieros por el radio no siempre son sinónimos de lo que pregonaba en las primeras líneas: signos de una vida feliz, apacible y premoderna. A veces son signos de actividad absoluta, de mente ágil, de dinero, de New York, de 'time is money'.



Aunque estas reglas o imaginaciones tal vez no se cumplan si el periódico en cuestión es el 'Esto'.



Y, para concluir, ésta es mi idea de una vida lograda. Yo quiero que esto me pase en la vida:





Y no una vez, sino periódicamente.

5 comentarios:

K dijo...

Bienvenido al desierto de lo real

Checo dijo...

Iba a poner 'jaja' pero creo que no tiene caso por que de todas formas me rei yo solo. Yo creo que depende del fin que le de cada quien a su lectura de periodico si lo haces por estar completamente al día es que te estan capitalizando, si lo haces por ser cada vez mas culto y conocer todos los dias algo nuevo y lo que esta pasando a tu alrededor no creo que este mal.

RACHE dijo...

No, estoy en desacuerdo contigo pimpollo.

Primero. Los sujetos de la torre mayor, esos que definen nuestros destinos, sufren. Sufren porque no pueden relajarse, porque no pueden estar panzones despertarse en la mañana con una tacita de café amargo, bien preparado, tomar su periódico y leerlo con paz interior rodeándolos y penetrándolos como la fuerza. No, ellos, están preocupados. Tienen que masajearse cosntantemente para evitar esos calambres que le dan a los hombres grises.

A ellos les dedico la canción de Serrat, que tú bien conoces, "A usted"

Segundo. Sólo quisiera que mi perro me trajera el periódico si no lo babeara y me lo dejara ilegible. Para lograr eso necesitaría:

1. Un perro. No tendría un perro si no tuviera una casa con un jardín inmenso y una pick up roja donde pudiera yo acarrearlo. Ya pagado todo por supuesto. Para tener eso, tendría que convertirme en un hombre gris y escuchar a la Aristegui mientras un masajista intenta quitarme la hostilidad de la piel.

2. Un tratamiento antibabas de perro para mi perro para que no babee mi periódico. Si hiciera eso sería cruel con los animales, al menos con ese, dicho esto, no habría razón por la cual no tener a mi golden retriever en un departamento en la condesa (por decir algo). Ese tipo de crueldad con los animales es propia de los hombres grises.

3. Pagarle al fulano del periódico para que le ponga una bolsa de plástico (resistente) al periódico antes de aventarlo. Si hiciera eso sería el tipo de persona que está preocupada porque el fulano del periódico recuerde ponerle la bolsa al periódico porque si no el perro lo va a babear, desde el lunes en la noche; el tipo de persona que se preocupa por sobornar hasta al fulano del periódico.
No hay modo Pimpollo. Es como el protréptico pero peor. Si quieres una vida lograda tienes que ser hombre gris, si no, entonces lo que tú quieres es ser hombre gris.

Bueno, quizá sí exista un modo, la que nos decía Zagal. Aurea Mediocritas, dejar que el pinche perro desmadre el periódico con sus babas y contentarse con su chiste, no una vez, periódicamente. Porque ese es el chiste de los perros.

RACHE dijo...

Pimpollo soy un narcisista y como me gustó mucho mi respuesta la puse en el www.blogsote.com date una vuelta.

Estamos en etapa de "back to the basics"

Ambrosio Cajinas dijo...

Yo alguna vez asistí a ese hiperexclusivo club para empresarios en la Torre Mayor (claro que eso sólo demuestra que el club no es tan hiperexclusivo). Fue con ocasión de una sesión de cata de vinos, una cosa fina, pues. Por cierto, no ví ningún monitor transmitiendo CNN. Lo que sí recuerdo muy bien es que quise echar un vistaso a la ciudad desde las alturas, para lo cual me acerqué alegremente a la ventana, bastó que advirtiera la tremenda distancia entre mis ojos y el sólido suelo para que se me doblaran las patitas. Me quedé tirado en el suelo al tiempo que los dandys con sus cuellos de 18 centímetros me miraban con cara muy extrañada.