Hace unos días el existencialista de mierda publicó un post sobre la filosofía. O mejor dicho sobre los filósofos. Lo pueden ver, si quieren, aquí. Si no, no. Aunque sería bueno que sí.
Ese post desató en mi al fastidioso 'train of thoughts' que de pronto me da. Que me da, que me da. Fastidioso pero, al fin, filosofante.
El existencialista de mierda señalaba que había dos tipos de filósofos. Sin querer caricaturizar sus retratos, los resumo: a) aquel que se hace llamar 'filósofo' y que pretende moverse en todo el ámbito cultural, que publica poemas en revistas y sale a todos los bares de moda con sus amigos, vistiendo bien y con un look intelectual. Este 'filósofo' es capaz de querer utilizar la filosofía para meterse en las faldas de las muchachas en lugar de en sus cabezas. En general, es superficial pero inteligente. Se le ve en los cafés y en eventos culturales, como de jazz o así. Tuvo, tiene o tendrá una revista, lee lo último de la literatura, es capaz de improvisar en una discusión filosófica académica y de preguntar en la conferencia del intelectual de moda. Pero es un tanto distraído, le importa más cómo lo vean que lo que realmente sea. b) El filósofo académico que está dispuesto a sacrificar bares y modas por el estudio sincero hacia un área concreta o un tema en especial. Éste es el filósofo que piensa en su tesis, que piensa en la última novedad acerca de su especialidad, que no es tanto un esteta, sino un filósofo de academia, de libros y aulas. Es capaz de hablar de los clásicos con orden y de desglosar un argumento, de armar razonamientos serios y quiere contribuir un poco a la construcciónd el saber humano. Éste filósofo prefiere a veces la soledad de la biblioteca al desenfreno de la Condesa, al modo de pequeños Kants que encuentran algo poético en la humilde labora de cada día. Al primero lo llamó 'filósofo por accidente'. Al segundo, 'filósofo por sí mismo'.
Me parece que le faltó una tercera opción: la opción socrática. Creo que es aquí en donde de verdad se encarna el ideal de la filosofía. El verdadero filósofo, a mi juicio, no es aquel que se enclaustra a estudiar horas enteras un tema concreto, sino aquel que ha decidido que su vida tomará un rumbo diferente. Es aquel que hace deporte siendo filósofo, que viaja siendo filósofo, que ve la tele siendo filósofo. No solamente destaca por una constante actitud crítica, sino por una sincera intención de encarnar la verdad y vivirla por sí mismo. La filosofía no es, así, y no debe ser, creo, una profesión. Se puede vivir de la academia, pero una cosa es la academia (en el sentido moderno no-platónico), y otra es la filosofía. El filósofo es el que en un momento detemrinado de su vida decidió vivir su vida en serio, enviar al traste las sensiblerías y examinar su vida bien.
La figura de Sócrates (según el que Platón nos dibuja) sería entonces la verdadera figura del filósofo. El filósofo es el que dialoga, que indaga, que busca. Es el amoroso sabiniano. No, y nunca, el que ejerce una profesión. Es claro que el lugar, en estos días, para hacerlo es el aula. Pero no es necesariamente el estudio lo que hace filósofo al filósofo. Es la visión y la actitud ante la realidad, las intenciones de no ser un mediocre. No se conforma con un área del pensamiento. El filósofo desea saberlo todo, lo busca todo. Es hambirento, le interesa la amistad, la pintura, el cine, el bar de moda, los clásicos, el filósofo no desprecia nada ni desecha nada. La filosofía todo lo busca, todo lo quiere, nada reclama para sí, todo lo comparte, todo lo dialoga. La filosofía no se sacia, no es corta de miras, busca realizar y modificar el mundo, modificándose a sí mismo y encontrando el parámatero en el otro. La filosofía no alcanza nada, pero se estira por completo. La filosofía es hambrienta, es infinita, es bienintencionada. Sabe que hay cosas más importantes que la verdad, como por ejemplo el bien o, más aún, la belleza. La filosofía no busca refutar a los filósofos, sino comprenderlos y aprovecharles. El filósofo no busca ganar la discusión, busca solamente atrapar al sofista, pero con la mira en la verdad, nunca en el propio triunfo. El filósofo sabe que nunca es filósofo por sí mismo, sino filósofo por el otro. Es el encuentro amistoso con el otro el único lugar desde el cual se puede filosofar verdaderamente. Es en el núcleo de la amistad y el interés personal en donde se puede engendrar y parir el conocimiento. El filósofo siempre reconoce sus deudas, se reconoce siempre alumno y nunca maestro. El filósofo no enseña, el filósofo aprende. Y no estudia para el SNI, sino que estudia para el diálogo. El filósofo vive en constante crisis. Vive en constante juicio y busca siempre la autenticidad. La filosofía se vive, no se enseña ni se publica, se dialoga, se ríe, se comtempla, la filosofía se escucha, se pare, no se vende ni se cobra.
La vida académica del scholar, sólo un trabajo.
Sé que esta tercera visión no se contrapone con la noción existencialistamierdista del 'filósofo por sí mismo', pero quise recalcar ciertos aspectos que a mi juicio habían quedado velados. El filósofo debe ser por sí mismo pero también por accidente. Y hacerlo bien. El filósofo es académico, es intelectual, estudioso, pero también es lúdico, cómico y fashion. No hay por qué contraponerlo.
Creo que el filósofo no es el filósofo. El filósofo es el que se mantiene siempre 'queriendo-ser-filósofo'.
La intención de esto es, únicamente, exaltar la candidez de sus lectores.
martes, 4 de septiembre de 2007
La filosofía
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20 comentarios:
Tal vez cursi, pero ojalá sea verdad.
Nos equivocamos algunas veces tomando el adjetivo filósofo como un puto de llegada estático. No olvidemos su etimología y origen. El filósofo no es el sabio, sino el amante de la sabiduría. El amante de la sabiduría no es un punto de llegada, sino una camino de perpetua e incesante búsqueda.
ALEJANDRO SADA: ¿Cómo es tomar el adjetivo "filósofo" como un "puto de llegada estático."?
jajajajajaja.
jajajajajaja. Lo siento, pero soy un simple.
jajajaja.
El filósofo... sí, creo, en todo caso, que es todo un estilo de vida. ¿Alguien conoce a Pierre Hadot?
Por cierto, ya estoy en trámites para fundar el Centro de Estudios Posmodernos Paris Hilton. ¿Quién se apunta?
Sergio.
jajajajaja, lo siento, lo siento, pero es que no me imagino a un puto de llegada estático!!
jajajaja.
Lo siento.
jajajaja
Por cierto, gracias por esa pu(n)tada involuntaria: me estaba empezando a deprimir: acabo de ver algo horrible: la muerte de cerca.
Abrax
Ah, yo iba a hacer un comentario serio, pero la razón lúdica ha ganado la partida esta vez. Sada, te la llevaste. Jajajaja, puto de llegada estático, jajaja.
Quede constancia, al menos, de que suscribo a Diego. Sí, sospecho que el filósofo siempre está en vías de serlo (la filosofía es un fin en términos de télos: se está siendo y se busca ser simultáneamente). E implica aproximarnos a la realidad con todos los medios accesibles a nuestras posibilidades. Suscribo, pues.
Jajajaja, puto de llegada estático, jajajaja
¡Ah, y yo me uno a Centro de Estudios Posmodernos Paris Hilton! ¿Cambiaremos el ágora por un Lounge? ¿Beberemos martini y otros cócteles sofisticados en vez del añoso vino tradicional? ¡Yo quiero ajenjo!, y no por alusiones románticas, eh.
Yo quiero dar el Seminario sobre frivolidad y trascendencia de la moda
¡Aplausos!
Me da mucho gusto haber leído este texto y que haya tenido una réplica tan pensada como desarrollada.
Me parece que los señalamientos son todos certeros y mi estima por la figura socrática y demás irónicos en la historia de la filosofía se confirman precisamente por lo que el justo medio acaba de decir.
Sin embargo debo precisar una cosa. En mi post señalé las diferencias externas por las que podemos reconocernos como "filósofos en sí mismos" y "filósofos por accidente". Yo quería atenerme a mostrar y corregir el hecho de que se suele confundir al nietzscheano de cafeteria con el filósofo de profesión.
Sin duda el "filósofo en sí mismo" no es el scholar por ser scholar como bien señala el Justo medio sino el que se dedica a la busqueda y cultivo de la sabiduria.
Filósofo es el niño que pregunta a su madre hasta el hartazgo: ¿por qué?, filósofo es el anciano que crea sabiduria a través de la experiencia y en breve filósofo es todo aquel que tiene "la capacidad de asombro".
Si queremos exactitud en el lenguaje lo que yo llame "filósofo en sí mismo" debería llamarse "filósofo de profesión en sí mismo".
De quién es Filósofo con "F" mayuscula no podemos saber, la persona más superficial e indiferente podría albergar una pasión por el conocimiento increible e insospechable. Tendríamos que habitar en la mente de las personas para saber quien es este Filósofo o al menos compartir muchas discusiones. Sin duda este que describe el Justo medio es El filósofo, pero cualquier persona aún si no estudio filosofía o nunca ha leido un libro de filosofía mientras tenga "amor por la sabiduria" puede serlo.
Como he dicho no podemos saber por completo quien es filósofo y quien no, lo que sí se puede saber es que entre un "filósofo de profesión en sí mismo" y un "filósofo por accidente" es más probable que el que le dedique su vida profesional al conocimiento sea más Filósofo que el "poeta aspiracional".
Un abrazo y un agradecimiento a Justo Medio por este post aclaratorio y definitivo y por su reconocimiento a los Thinking Awards. Un saludo a sus lectores y finalmente como dijo Charp: ¡Aplausos!
Mi entrada inicial "filósofo en sí mismo y filósofo por accidente" quedaría incompleta sin esta extraordinaria réplica, asi que si me lo permiten tengo que hacer alusión al trabajo de Justo Medio con el comentario pasado en mi blog, pueden leerlo aquí o allá. ¡Saludos!
Yo no soy filósofo, es verdad: Yo soy sabio, pero no puto de llegada estático.
Completamente de acuerdo con el PUNTO de vista del filósofo inclusivo. Personalmente tiendo a desconfiar del filósofo de academia, del profesor que se conforma con ser llamado doctor por una bola de sujetos que se creen estudiosos, por ese que se mide en un universo muy pequeño. Prefiero más al otro, al que sale y conoce y habla lo mismo del deber kantiano que de Paris Hilton.
Creo que altoalcázar debe ser profesor de lo que ha dicho, seguro lo haría bien, aunque siendo filósofo quién sabe...
Señores, los invito a que accedan a la primera cátedra del Seminario en mi bló. ¡Aplausos, carajo, aplausos!
Khristo Israel.
Hablando de Paris Hilton.
Entrale a la convocatoria del cuco
bueno, no puedo decir mucho: ya de eso se encargo mi discípulo Nietzsche.
Besos
Catalina.
Muy, muy de acuerdo con eso último "Creo que el filósofo no es el filósofo. El filósofo es el que se mantiene siempre 'queriendo-ser-filósofo".
Ya está la réplica en mi bló. Salú.
Pues yo no sé, pero eso de ser un puto de llegada está bien pinche...
Por eso ahora soy todo un businessman. (Cfr. DESDE EL OTRO LADO DE LA CALLE)
Pero más pinche que ser un puto de llegada es hacerle publicidad a mi propio blog, publicidad como de programa de radio... Estoy confundido.
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